martes, 18 de julio de 2023

EL FLUJO DE CAJA DEBE SER EL REY DE LOS ESTADOS FINANCIEROS



"Ninguna empresa puede operar indefinidamente con un enfoque de recorte de costos a corto plazo. Sin embargo, la competencia internacional se está acentuando y el cambio tecnológico es rápido, lo cual significa que cada vez más empresas sufrirán crisis financieras. Si sus ejecutivos no gerencian pensando en el flujo de caja, y sólo piensan en las utilidades, mucho no sobrevivirán en el largo plazo". (Jay Alix y Lawrence J. Ramaekers)

Para el Administrador de empresas y para todo gerente, el flujo de caja debe ser el principal instrumento de análisis, pues allí se consagra el movimiento del principal activo de una organización y sin el cual su existencia se vería en serios aprietos: el efectivo. Una organización puede existir durante cierto tiempo generando pérdidas; pero sin efectivo, la empresa entraría en el plazo más inmediato en cuidados intensivos pues sus actividades rutinarias no se podrían llevar a cabo, sus costos de oportunidad se incrementarían y la seguridad de su existencia se vería seriamente afectada. La liquidez de una empresa es como el sistema circulatorio de una persona y es función de todo Gerente velar por que dicho sistema no colapse, no se infarte. Esta es la razón por la cual el riesgo de liquidez siempre estará presente; no contar con suficiente efectivo llevaría a la empresa a generar cuellos de botella que a la postre incidiría también en su rentabilidad. Solucinar esos cuellos de botella exige ejecutar acciones tanto para el corto plazo (la refinanciación o reestructuración de deuda y una mayor inteligencia en la gestión del costo y del gasto, dos estrategias de acción inmediata, entre otras) como para el largo plazo (nuevas emisiones de acciones, financiamiento externo a largo plazo y venta de activos improductivos, acciones que refrescarían el flujo de caja y podrían aumentar la rentabilidad también a larg plazo) si es que se quiere sobrevivir en un mercado globalizado y convulsionado por los rápidos cambios que se genera a partir de las innovaciones de toda índole en el sector empresarial.

Una óptima gestión del principal activo de corto plazo (el efectivo) garantiza que la empresa se mantenga al menos, dentro de su ciclo de vida, en etapa de supervivecia. Si se logra que la balanza se incline más hacia una tenencia de efectivo que genere tranquilidad, los beneficios financieros estarían más cerca de alcanzarse, beneficiando de esta manera al crecimiento sostenido de la empresa a la vez que se satisfacen las expectativas de rentabilidad de quienes invierten en ella.



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