AUTOR: José Didier Váquiro C.
WEB: http://www.pymesfuturo.com
EMAIL: jdidier@pymesfuturo.com
“La reflexión es la base para el aprendizaje. Sin reflexión no existe aprendizaje. Cuando realizamos una acción, cualquiera que sea, debemos reflexionar individualmente y en grupo sobre la forma de ejecución y sus posibles resultados. Cuando evaluamos, debemos reflexionar para poder aprender sobre lo realizado y, finalmente, poder modificar nuestros modelos mentales“[1].
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) permiten que el proceso de aprendizaje sea cada vez más dinámico y generador de valor y, especialmente en la formación a distancia, contribuyen a abrir nuevos espacios para que promotores, formadores y alumnos, propicien ambientes donde el aprender a aprender sea la razón de ser del proceso de aprendizaje.
En la formación a distancia predomina la autonomía del estudiante, es decir, el dicente debe procurar convertirse finalmente en autodidacta. Para lograr este objetivo es necesario buscar apoyo en los recursos que provee las TIC, pues son herramientas que sirven de bastión para que la información y la comunicación sean mucho más efectivas en el aprendizaje. Como formador de profesionales en campo de la Administración Financiera, las TIC las he venido aplicando desde hace cuatro años aproximadamente y paulatinamente se han convertido en mi principal estrategia para interactuar con mis alumnos de una forma más efectiva (el e-mail y el Chat, por ejemplo, conforman hoy herramientas muy importantes y de las que dispongo a la hora de dar a conocer las teorías y métodos utilizados en los cursos que oriento y que conforman la columna vertebral del ciclo profesional de éste Programa).
Con estas herramientas de última generación he abierto nuevos espacios para aquellos estudiantes que no logran un alto grado de participación en el espacio de la tutoría, bien sea por que su forma de ser no lo permite o por que sus actividades particulares le impiden participar de una forma mucho más activa en el proceso de aprendizaje. Puedo asegurar que el uso de las TIC ha favorecido a que los encuentros con mis alumnos sean cada vez más personalizados, dinámicos y generadores de valor. En otras palabras, con el apoyo de las TIC el proceso de reflexión es más productivo pues se rompen esquemas y se hace de la retroalimentación un mecanismo que guía al estudiante a identificar la diferencia o el por qué de las cosas.
Las herramientas que proveen las TIC han permitido que muchos estudiantes “descubran” nuevas formas de comunicación. El analfabetismo tecnológico, especialmente en aquellos Cread donde el uso del Internet es aún muy incipiente, poco a poco va desapareciendo. Casos específicos como los municipios de Campoalegre y La Plata en el departamento del Huila, son una pequeña muestra que permite corroborar que la aplicación del las TIC son instrumentos que fortalecen el proceso de aprendizaje en la educación a distancia.
Recursos como el Chat, Chat de voz y audio (métodos sincrónicos), me han permitido lograr una mayor reciprocidad a la hora de brindar confianza a mis alumnos pues se han abierto espacios donde la comunicación fluye de una manera mucho más cordial y amena. He llegado a superar barreras que en el momento tutorial se han colocado, bien sea por la complejidad de algunos temas, por lo corto del tiempo de las tutorías, por número de estudiantes y CIPAS, por modelos mentales difíciles de erradicar o por otras causas originadas en el proceso de comunicación. En consecuencia, los resultados en la formación de los estudiantes cada vez son más fructíferos para quienes entregamos nuestro saber apoyados en las TIC.
Así como he utilizado métodos sincrónicos, también he aplicado métodos asincrónicos como el E-mail y especialmente WWW (en el Internet poseo un Sitio Virtual donde los estudiantes, además de visitarla, pueden acudir al envío de consultas sobre temas muy específicos). La aplicación de estos recursos ha favorecido a mejorar mi papel como guía y facilitador y han contribuido a mejorar los resultados de mis alumnos en aquellos temas que por su grado de complejidad, requieren un mayor seguimiento por parte mía. Es decir, se han abierto nuevos espacios donde la reflexión debe inducir al estudiante a formular hipótesis y su posterior demostración.
Un resultado del uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación, ha sido el de mejorar el grado de responsabilidad por parte de mis alumnos (la retroalimentación continua ha otorgado al estudiante métodos de búsqueda de información mucho más precisa en el Internet, es decir, ha contribuido a disminuir la dispersión informativa) y, en consecuencia, una mayor independencia y satisfacción sobre los resultados de su trabajo. Puedo asegurar que los métodos sincrónicos y asincrónicos han contribuido a optimizar mi papel como formador de profesionales en el área de la Administración Financiera pues ahora soy mucho más flexible en el proceso de enseñanza sin perder la rigurosidad que exige el mismo.
Nuestro proyecto pedagógico contemplando al interior del Plan Integral de Curso, debe considerar desde ya el uso de estos recursos para aquellas tareas que por su complejidad requiere, no solo de horarios flexibles sino también de estrategias que permitan tener un contacto cada vez más personalizado con nuestros alumnos. Los PIC deben contemplar mayor interactividad entre tutor y estudiante y dicha interactividad debe involucrar a las TIC como estrategia que permita que el alumno exprese y comparta con mayor confianza sus conclusiones sobre temas específicos y a que el tutor pueda corroborar y comprobar no solo los contenidos expuestos sino también el leguaje utilizado por el dicente.
El uso de las TIC debe contribuir al aprendizaje generativo; el abrir espacios para momentos de verdadera reflexión se debe reflejar en dicentes más enfocados en lograr su visión personal. Como formador de profesionales debemos orientar a nuestros estudiantes a un uso correcto de la información que brinda el Internet y no permitir que nuestro proceso caiga simplemente en lograr un aprendizaje simple, es decir, en un aprendizaje donde las acciones se hagan de manera inconsciente, donde no se necesite pensar.
[1] SERRA ROBERTO. El nuevo juego de los Negocios. Editorial Norma. 2.000
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